sábado, 3 de agosto de 2013

Cambio generacional


Una de las cosas importantes que me han pasado últimamente y que, por las circunstancias que he vivido últimamente y que fueron contadas en los últimos posts de este blog, es que he empezado a trabajar. En realidad llevo trabajando todo este año pero hasta hace unas semanas era como asistente de una arquitecta independiente y ahora soy parte de un estudio de arquitectura.

No podría decir que el trabajo llego solo, pero prácticamente fue así. Todo pasó cuando aún estaba en clases. Un amigo me comentó de una oferta interesante en la bolsa de trabajo virtual de la universidad y decidí entrar para postular SOLO a ese puesto. Lo raro fue que el también postuló y nunca lo llamaron y a mí, unos días después de la entrevista, me devolvieron la llamada pidiéndome que empiece la siguiente semana. Fue raro porque no pensé que todo saldría tan rápido: en una semana acabaría los cursos de la universidad y a la siguiente ya debería estar empezando con el trabajo. Fue raro porque me pase el verano postulando a varios puestos y, tras entrevista y entrevista, termine estando como asistente de una arquitecta. Fue raro porque, tal como me dijo mi mama y mi hermana, estuve buen tiempo buscando entrar a un estudio y simplemente no era el momento, el destino no quería que entre a otro lugar y que si estaba escrito que este era mi momento para entrar a uno. Fue raro porque mucho tiempo una amiga estuvo en este estudio y cuando me contaba cómo era todo sentía que era un lugar al que quería entrar porque aprendería mucho y ahora estoy ocupando el escritorio que ella tenía. Fue raro porque en el momento en que todo se dio solo pensaba en salir de vacaciones y cumplir mi promesa de verte a diario...

Como jugando ya llevo 3 semanas ahí y en verdad me siento muy cómodo. Los proyectos que manejan son de distintas escalas y la experiencia y conocimiento de los arquitectos jefes de proyectos es buena y no quieren guardarse todo lo que saben si no difundirlo a los demás; y el clima laboral es de los mejores. Los jefes tienen un trato cordial con todos y entre los mismos trabajadores se siente una empatía muy buena. Creo que la oficina físicamente ayuda a esto (estamos en una casona antigua de Barranco) y el ambiente que intentan darle es bueno. Desde el primer día tuve un trato casi de familia (no se si a este influya que soy el menor de todo el estudio y me ven como el niño) y las continuas parrillas y reuniones de confraternidad afianzan un vínculo que, tarde o temprano, te hacen sentir parte del equipo y luchar por llegar a metas en común. Incluso, ayer fue la primera reunión de staff y los socios dieron a entender que querían que este este equipo se mantenga por los próximos años. Que después de casi 4 años han tenido un cambio de personal casi total y que cerraron bien una etapa y ahora empiezan una nueva con las mejores expectativas pues se siente que este cambio generacional les vendrá bien. Cuando dijeron eso me sentí bien, cómodo, que recibía un halago pero a la vez la responsabilidad de tener que cumplir con satisfacer esas expectativas. Hasta ahora siento que voy bien, obviamente con cosas por afinar y pulir, pero también tengo la sensación que aún tengo mucho más por demostrar y explotar... poco a poco irán pasando más cosas y, como es de esperarse, las iré contando acá.

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