miércoles, 5 de marzo de 2014

A escondidas


Desde hace un tiempo he empezado a notar que las cosas que pasan sin planear generalmente son las mejores.

Eso es lo que pasó hace unas semanas. Era sábado y no tenía ningún plan para esa noche. Empecé a conversar con amigos del colegio y decidimos hacer algo. Buscamos algún evento disponible para esa noche hasta que nos decidimos por uno interesante y que se nos hacia cerca. Quedamos previar en casa de una amiga y yo quede ir con alguien que terminó uniendose a pesar de que no conocía al resto de personas y tampoco había planeado salir esa noche (como ya había pasado en otra ocasión). Tomamos y bailamos un poco como para ir todos ya empilados. Ya en la fiesta, nos quedamos todos juntos pero no cerca dentro del local. La música estuvo bastante buena y la compañía, creo yo, fue la adecuada y precisa.

La noche avanzó y algunos ya estaban con ganas de querer irse, asi que empezamos a salir de a pocos entre la cantidad de gente y algunos empezaron a quedarse atras, quedando solo yo y la persona con quien fui esa noche. Nos quedamos esperando cerca a la puerta de ingreso a que los demás terminen de salir, y en ese tiempo empezó a contarme de un desplante que le hicieron más temprano. Yo miraba fijamente su rostro mientras me contaba todo y ponía gestos de estar atento a lo que me decía hasta que, no se en que momento, simplemene acerqué mis labios a los suyos y nos besamos. Un beso... y una pregunta: porque recien haces esto? Y una respuesta sincera: porque este era el momento de hacerlo. Nos quedamos sentados esperando a que salgan y ya todos juntos salimos del local y tomamos un taxi que haga ruta dejando a cada uno en sus casas. Nos sentamos en la fila de asientos de la parte de atrás del auto junto con una amiga. Yo estaba normal dentro de todo hasta que noté que levantó un poco la pierna que estaba hacia mi lado y dejó caer su mano junto a la mía, entrelazandolas con mi complicidad completamente a escondidas.

Como estaba al lado de la puerta, tenía que bajar de todas maneras para que también pueda hacer lo mismo y, sin pensarlo, decidí quedarme y asegurarme que entre a su casa... lo cual era completamente innecesario pero era una excusa algo creible como para quedarme. Cruzamos la pista y nos quedamos parados frente a la puerta, como quien espera a que pase algo... hasta que volvimos a besarnos y estabamos ahi, frente a su casa en plena madrugada y a vista y paciencia de todas las personas que pasaban por ahi a pesar de la hora. Y en verdad, no lo pensé en ese momento y no le di importancia hasta ahora que me doy cuenta de lo público que fueron esos besos y se me empieza a dibujar una sonrisa. Una sonrisa timida por que yo jamas habia pensado que podria estar en una situación así, pero que recuerda con alegría ese momento.

Yo, sinceramente, no quería que se acabe ese momento y si por mi fuera, me quedaba ahi hasta verme obligado a regresar a casa por la luz del amanecer... pero eso no iba a pasar y tuvo que haber un adiós después de varios intentos que cada uno, en distintos momentos, evitamos se concreten. Después de ver que entró a su casa, yo empecé a caminar hacia la mía. Bueno, caminar no. Empecé a flotar en dirección a mi casa... con una amplia sonrisa e incredulidad de lo que había pasado pero con la seguridad de que al día siguiente debía dejar todo como una anécdota.

Y así termina este post. Si, aquí acaba. Simplemente contando lo que pasó tal cual fue y sin intención alguna de dejar algo a la expectativa ni empezar a pensar o darle vueltas en mi cabeza. Es lo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario